miércoles, 17 de julio de 2013

Thujas de semilla I

Hola amigos.

En las próximas entradas os quiero mostrar el trabajo que estoy haciendo con unas Thujas partiendo desde semilla.

No son trabajos llamativos, pero para los principiantes, sobre todo para muchos de los alumnos que han pasado por mis clases del instituto, son trabajos que les pueden seguir metiendo el gusanillo del bonsái en el cuerpo. Precisamente ellos, por su juventud, pueden ver muy buenas obras cuando pasen 20 años y recordar las semillas con las que empezaron.

Y como no, también para los aficionados que no pensamos en los años que tienen que pasar hasta verlos concluidos y nos centramos en el día a día, en los trabajos monótonos de mantenimiento, en la ilusión de obtener algo bonito partiendo desde cero.

En esta primer fotografía aparece precisamente en primer plano una Thuja, detrás tengo otras semillas diferentes. En mis estantes, además de buenos ullastres, también tengo plantones, esquejes, etc... que me sirven de entretenimiento cuando no hay otros trabajos que hacer.


Pasado un año desde la plantación comienzo a darles forma con un poco de alambre. Lo primero en lo que debemos centrarnos es en ir formando un tronco con carácter y movimiento. El resto de las ramas nos pueden ayudar a dar forma y que parezcan atractivos durante el proceso, pero muchas de ellas serán eliminadas cuando cumplan su función de ir engordando el tronco. Esta primera imagen os muestra como realicé una poda de sustitución del ápice y di algo de movimiento con alambre de aluminio. Era julio de 2011.
 En enero de 2012 volví a podar y a alambrar un poco. Esta vez utilicé alambre de cobre. Poco a poco la imagen parecía más un pequeño bonsái. Las Thujas son plantas muy fuertes. Me familiaricé con ellas a partir de un esqueje que adapté a un tronco muerto y que seguro que conocéis de entradas anteriores. Podemos podarlas a fondo, dejando muy poco verde. Al poco tiempo vuelven a brotar con fuerza por todos lados. Les gusta mucho el agua y el abono, y densifican pronto.
 En septiembre de 2012 las ramas seguían creciendo y había que empezar a envejecer el tronco con los sharis. Si queréis que el shari tenga movimiento antes hay que retorcer el tronco. Al ir arrancando tiras de corteza ésta se desprenderá siguiendo las curvas que dimos al tronco. Si no retorcimos el tronco el shari será recto, como en el caso que nos ocupa.
 Una vez realizado el shari, estrecho al principio, y que iremos agrandando año tras año, volvemos a colocar las ramas y a podarlas ligeramente.
 En diciembre se aprecia que se ha formado labio en las heridas realizadas, y si nos descuidamos, terminará por cerrar el shari abierto, así que hay que ir retocando.
 Y llegamos a este mes de julio. Poco a poco la planta va creciendo. La trasplanté a comienzos de primavera a una maceta de cultivo del 3,5, algo mayor que la anterior, y volvía a estar muy frondosa, así que tocaba podar y alambrar.
 Una poda fuerte y otro poco de alambre nos ayudan a devolver la silueta a nuestra Thuja. Ahora a seguir cultivando para el próximo trabajo. Se ha eliminado el exceso de tierra que se colocó tras el trasplante y se ha vuelto a descubrir el nebari. No olvidéis que el nacimiento de las raíces debe ir trabajándose también para que esté en armonía con el resto del bonsái.


Y de momento nada más. Ya os seguiré mostrando su evolución y la de otras 5 que aún me quedan de las que planté hace 3 años.

Un saludo.

Juan Antonio Pérez.

Acabo de darme cuenta que solo tengo una entrada del desadaptado del tanuki de Thuja. Para los que no puedan esperar a una próxima entrada, os muestro su estado hace un año y hace un mes:


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