viernes, 3 de agosto de 2012

Un olivo literati para aprender

Hola amigos,

hoy os voy a mostrar la evolución de un olivo que compré en el año 2001 o 2002 en un vivero de Cartagena y que me sirvió para ir acercándome a esta especie. Por aquel entonces solo había trabajado una estaca de olivo y ni por asomo me había acercado a los maravillosos ullastres que hasta el día de hoy siguen siendo mi especie favorita.

Cuando lo localicé en el vivero iba buscando material raro, poco agraciado y por supuesto, barato. El viverista se quedó sorprendido cuando le dije que quería precisamente este, una estaca enraizada con muchas zonas de corteza muerta y que presentaba síntomas de haber sido atacado por diversos parásitos, pero ese fue el elegido. No recuerdo bien, pero no pagaría más de 300 de las antiguas pesetas por él.

Con mi antigua máquina reflex de película le hice las fotografías de rigor, y este es el aspecto que presentaba. Hace unos días las volví a encontrar entre mis antiguos álbunes, y me puse a escanearlas para mostrároslo:
En la base de la maceta se pueden ver los restos de la bolsa de turba en la que se enraizó esta estaca, y el substrato era tierra de campo. Lo primero que hice fue eliminar todas las zonas de corteza seca y aplicar un sellador. Los que ya lleváis unos años en esto recordaréis este lac balsam morado, muy usado por los aficionados en aquella época. Te ponía perdido los dedos y las manos si te descuidabas:

Había zonas muy afectadas y otras un poco menos, y ante todo era muy recto. Pasado un año o dos, no lo recuerdo bien, y ya en maceta con akadama y tierra volcánica comenzó a vivir su nueva etapa como prebonsái:
Las zonas vivas de corteza las fui definiendo mejor, y a mitad del tronco se dividía en dos venas que llegaban a la copa:

Ya en el Puerto de Santa María, en el 2007, opté por dar un poco de torsión a la parte alta, eliminar parte del ten-jin, y ahuecar algunas zonas. Realmente es un olivo con el que he experimentado mucho.
Disponía por aquel entonces de esta kurama artificial y lo planté en ella, y poco a poco iba mejorando la textura de la madera y el grosor de la vena viva:

Mayo de 2008:

Seguía sin convencerme, sobre todo lo recto del tronco, así que pensé en hacer un poco de cirugía, separar las dos venas vivas, partir la madera y volver a recomponerla con un poco de masilla en la zona de rotura, siempre sin estropear la vena viva. Tras la cirugía quedó así:
La zona de rotura, con una pequeña grieta protegida por masilla, y el nacimiento de la vena viva de la rama que bajé:
Aún quedaba mejorar con masilla blanca la zona de contacto, para disimular la rotura:
El aspecto de literati era ya más que aceptable, y me gustaba mucho más que al principio:
El crecimiento de un año. Estábamos en mayo de 2009:
En junio de 2009, en una quedada de Bonsaisur, mi amigo "Granaíno" me regaló esta kurama confeccionada a partir de un bolo de Toba calcárea. Se había entretenido en vaciarla con martillo y cincel, y consideré ponérsela a este olivo:
Ya plantado en ella, algunos martillazos más tuve que darle, sobre todo para abrirle agujeros de drenaje:
A la vuelta de las vacaciones tras quitarle las hojas secas. Estuvo a punto de morir tras estar casi 15 días sin regar. La Kurama le ayudó a vivir, y el estar más a la sombra que otros que si fallecieron. Las hojas que le quedaban estaban casi marrones, pero las ramas aún tenían humedad:

La rama en cascada no brotaba bien, así que se la quité, y me quedé solo con una de las primitivas venas:

Cuando un árbol quiere vivir, vive, y este tenía muchas ganas. En julio de 2012 ya había recuperado todo su vigor, y poco a poco la copa se ha ido cerrando:

Tras quitarle y reubicar el sedum, limpiar y despejar un poco el nacimiento de las raíces, y defoliar parcialmente, como hago con mis olivos en esta época, aquí lo tenéis presentado en la última mesa que me confeccionó Rosendo Martínez:
Un pequeño helecho ha crecido de forma natural en otra de las oquedades, y la mesa encaja muy bien con la piedra:

De momento esta ha sido su evolución hasta el día de hoy. No es gran cosa, pero llegará a serlo dentro de otros pocos años. Pero ante todo, me ha acompañado más de 10 años y he aprendido con él mientras íbamos evolucionando los dos. Le tengo un gran cariño.

Un saludo.

Juan Antonio Pérez.

2 comentarios:

puersbonsai dijo...

da gusto ver un trabajo bien hecho,el paso del tiempo es fundamental ,es al único que le sienta bien cumplir años jaja un abrazo amigo

MARCOPOLO dijo...

Hola Juán Antonio


Una evolución espectacular.


! menudo cambio !.


lo del cultivo es caso aparte, te crian asta las macetas.

te quedó muy bien, un saludo

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